Fibras naturales
Las fibras naturales se pueden dividir en dos grupos: las fibras de origen animal y aquellas de origen vegetal. En el primer grupo, es decir las fibras naturales de origen animal, hay que incluir las alfombras de seda, las de lana y los modelos de piel. En cambio, las alfombras de algodón, de yute, de sisal y de cáñamo se producen con fibras de origen vegetal. También existe el caso especial de la viscosa, la cual ocupa una posición particular entre las fibras: tiene orígenes vegetales y se produce de forma sintética.
Las alfombras de fibras naturales llevan ya mucho tiempo gozando de mucha popularidad. Una de las principales razones por las que los consumidores más críticos eligen este tipo de alfombras se debe al impacto positivo que éstas tienen sobre el medio ambiente. De hecho, al tratarse de un recurso renovable justo en un período caracterizado por una gran escasez de recursos, las fibras naturales no solo se distinguen por su intrínseca disponibilidad, sino también por el hecho de que se pueden reciclar. De esta forma, se crea la unión perfecta entre sostenibilidad medioambiental y un diseño moderno.